sábado, 2 de abril de 2016

Volviendo consciente lo inconsciente: Las micro expresiones del rostro. Artículo 3/3


“Quien conserve la habilidad de ver la belleza, nunca envejecerá”
Franz Kafka

Las micro expresiones surgen de manera involuntaria cuando ocultamos nuestras verdaderas emociones, un ejemplo de ello es el jugador de póker que entrena para controlar sus gestos. Cuando a la persona con la que interactúas le tiembla la boca, la aprieta o frunce, refleja  que está en desacuerdo con lo que dices, a pesar de que la expresión general de su rostro esté emitiendo aceptación.

Con este último artículo finalizará la unidad de las micro expresiones (haz clic acá si no has leído la segunda parte). A continuación encontrarás información sobre la sonrisa, un arma a nuestro favor. Anímate a leerlo, aprenderás a reconocer  cuándo es sincera y entenderás por qué las micro expresiones son realmente importantes a la hora de evaluar situaciones determinadas.
La sonrisa

Se ha convertido en un punto de referencia clave a la hora de generar una buena primera impresión o reflejar educación ante los demás. La mayoría de las personas aconsejan sonreír en todo momento sin ser conscientes de que existen diversos tipos de sonrisas con significados distintos. Debes tener en cuenta que si sonríes constantemente perderás tu esencia, por ejemplo, si eres una persona reservada que realiza el gesto por obligación, la primera impresión ante los demás será totalmente negativa porque reflejarás falsedad.

Tipos:

Sonrisa sencilla: labios cerrados y ligeramente elevados. Esta sonrisa refleja que la situación se encuentra estable y sin mayor emoción, totalmente neutral.

Sonrisa superior: se muestra la parte superior de los dientes incisivos y normalmente existe contacto visual. Es usada cuando hay un saludo entre conocidos (familia, amigos y compañeros de trabajo).
Sonrisa amplia: refleja felicidad y alegría. En ella los dientes inferiores quedan expuestos y no hay contacto visual.
Sonrisa oblonga: el psicólogo Ewan brant descubrió que la persona hace uso de esta sonrisa cuando trata de ser educada sin expresar entusiasmo.  Se emplea para indicar civilidad, pero no siempre alegría o  sociabilidad. Los labios se retiran totalmente detrás de los dientes superiores e inferiores, tomando la forma oblonga. En general, esta es la sonrisa que la mayoría de la gente emite cuando pretende disfrutar de una mala broma.

Si estas intereso/a en saber cuándo una sonrisa es sincera, ingresa acá.

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sábado, 19 de marzo de 2016

Volviendo consciente lo inconsciente (Las micro expresiones del rostro) 2/3



El más terrible de los sentimientos es el de la esperanza muerta
-Federico García Lorca



Continuamos con la segunda parte de nuestra unidad de micro expresiones (ingresa acá si no has leído la primera parte). En esta ocasión nos centraremos en los gestos que hacemos con nuestra nariz y boca para un mayor entendimiento de lo que se quiere comunicar.

La nariz

La nariz no solo es un órgano sensitivo que nos permite percibir olores y respirar, este también es un emisor. Cuando una persona tiene las fosas nasales dilatadas, probablemente este expresando enojo ya que su organismo esta pidiéndole más oxigeno para disponerse a pelear. 




Ahora, Intenta recordar el olor de algún alimento en mal estado ¿qué gesto harías? Arrugar la nariz es otro gesto común en el que la protagonista es nuestra nariz, comunica que algo nos disgusta realmente, incluso llegando a que algo nos parezca asqueroso.




La boca

La boca es la única parte de nuestro cuerpo que puede enviar mensajes verbales y no verbales. El puchero es un gesto que comúnmente se asocia con la decepción o la frustración, aunque hay que prestarle especial atención porque también puede ser usada con intenciones sexuales o inmadurez.





Fruncir los labios puede transmitir tristeza o descontento, debes estar muy atento a este gesto cuando los demás lo hagan.




Relamerse o morderse los labios se considera una provocación sexual dependiendo del contexto en el que el gesto se realice, pues también puede transmitir ansiedad, incomodidad o vergüenza. 







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sábado, 12 de marzo de 2016

Volviendo consciente lo inconsciente (Las micro expresiones del rostro) 1/3


“El conocimiento es el antídoto del miedo”
Ralph Waldo Emerson




Con este artículo damos inicio a la unidad dedicada al lenguaje corporal, donde haremos un primer acercamiento a cada gesto para percibir que comunican y cuándo podemos usarlos a nuestro favor. El propósito de esta serie de textos es adquirir conocimientos básicos que más adelante permitan la profundización de los mismos, además de convertirlos en una herramienta que nos facilite la introducción a la programación neuriligüística. 

Los ojos

Normalmente cuando nos presentan un individuo o estamos junto a una persona previamente conocida, tendemos a observar el color de sus ojos y a evitar el contacto visual, sin embargo pasamos por alto que los ojos nos revelan mucha más información que un simple color de iris llamativo. Cuando una persona te presta atención tiende a mantener un contacto visual debido a que puede comprender mejor lo que comunicas. Si tú eres quien está hablando, el contacto visual será  mucho menor porque diriges la mirada hacia distintos ángulos o a un punto fijo para visualizar mejor lo que estás diciendo.

Las personas mantenemos un contacto visual constante con otro de 30% a 70% del tiempo de la interacción, en caso de que este porcentaje sea superado, significa que los individuos están enamorados o  presentan una rivalidad que posiblemente conlleve a una agresión.  Ahora bien, las pupilas se dilatan por excitación o cuando se está atraído hacia algo o alguien  y la contracción de las mismas se provoca cuando se está enfadado o dudoso.
  contracción   y  dilatación 

La dirección de la mirada también es relevante a la hora de analizar una situación. Cuando una persona levanta la cabeza, está intentando recordar una situación en forma visual. La mirada hacia abajo es señal de sumisión o de que se siente culpable, y  la mirada hacia los lados representa un intento de escaparse de la conversación o buscar distracción.  De igual forma, hay que tener en cuenta la cantidad de parpadeos de una persona al hablar; esto debido a que si el otro te miente, parpadea más rápido de lo que normalmente lo haría. Si su parpadeo es lento, intenta procesar lo que se le dice o no está prestando atención.

El movimiento de los párpados, que indica el estado de ánimo de una persona, depende de si se encuentran abiertos o entrecerrados.  Los párpados caídos pueden significar que la persona está cansada, aburrida, deprimida, perezosa e incluso que intenta coquetear. Los párpados muy abiertos significan interés, sin embargo si se excede el uso del ademán puede representar  sorpresa o miedo. Los ojos entrecerrados indican que la persona está evaluando lo que se está diciendo o desconfía. 
Párpados caídos

Párpados abiertos
Ojos entrecerrados

Las cejas

Las cejas, al igual que los ojos, pueden comunicar una gran variedad de emociones, por ejemplo, levantar una ceja voluntariamente expresa incredulidad (¿Es en serio lo que me dices?). Las dos cejas levantadas son señal de sorpresa o de recalcar la formulación de una pregunta (Intenta recordar algún regaño de tu madre cuando eras pequeño o cómo se encontraban sus ojos y cejas en ese momento).  Por ultimo pero no menos importante, las cejas fruncidas revelan concentración, ansiedad o frustración. La clave está en analizar todos los gestos juntos para, a través del contexto de la situación, poder determinar qué mensaje nos envía determinada persona.
Una ceja levantada
Las dos cejas levantadas
Las cejas fruncidas

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sábado, 5 de marzo de 2016

Cómo influir en los demás: el poder de las palabras y los gestos (segunda parte)



“Siempre es más fuerte quien sonríe que quien se enfurece”
Proverbio japonés

Continuando con el artículo sobre “cómo influir en los demás”, hoy compartiré el secreto que te permitirá cautivar a una persona o grupo social. Nos han vendido la falsa idea de que con una frase o palabra específica se puede influir en las decisiones ante determinadas situaciones, sin embargo, la verdadera clave para poder modificar los pensamientos o acciones en los individuos está en saber conectarse con ellos para generar un vínculo. Muy posiblemente te preguntaras ¿cómo puedo hacerlo? Pues bien, este artículo te brindará las cuatro claves para generar dicha conexión:

Emociones: Se convierten en armas a nuestro favor si sabemos reconocerlas en nosotros mismos y en los demás (inteligencia emocional). Se expresan a través del lenguaje corporal y otorgan el poder de convencimiento. La mejor forma para impactar socialmente es a través de una emoción fuerte debido a que repercute en una recordación prolongada, lo que se denomina “Anclaje en la PNL”. Para que tu mensaje sea congruente, piensa en alguna situación dependiendo de la emoción que quieras transmitir, así tu cuerpo se adaptará a la situación y el mensaje verbal será equivalente al no verbal. Los grandes negociadores utilizan las emociones, tanto de felicidad como de tristeza, para crear conexión con sus clientes, lo que facilita la interacción debido a la cercanía que se genera en poco tiempo.

Voz persuasiva: Saber qué decir cuando vayas a realizar una presentación o negociación es muy importante, pero la forma como lo dices es crucial para que tu mensaje sea percibido y no se generen malinterpretaciones. Hacer uso del paralenguaje es vital para que lo que emitas sea dicho de la forma más eficaz, la clave está en hacer énfasis en tu propuesta o idea. Si terminas la frase con entonación descendente cumplirás con tu objetivo pero, si realizas el proceso contrario, hablarás haciendo preguntas y no serás persuasivo. También manejando las pausas adecuadamente podrás respirar con mayor tranquilidad, lo que te permitirá no sentirte nervioso y pensar mejor lo que vayas a decir.   


El público: Ya sea un grupo de amigos, familiares, clientes o compañeros de trabajo, tendrás que cautivarlos para que tu idea sea respetada y tenida en cuenta. Es común  cometer el error de centrar nuestra atención en la persona líder o el jefe del grupo y  descuidar a quienes pueden soportar nuestra idea por más arriesgada que sea e incluso desaprobarla: el público. Para captar la atención de tus receptores principales tendrás que tener en cuenta lo siguiente:

·       Haz que participen preguntándoles cómo les parece tu propuesta y cuando emitan su opinión, escúchalos atentamente y apoya su idea si es coherente con la tuya. De no ser así, nunca juzgues o critiques de forma agresiva.

·       Observa quiénes te prestan total atención, así podrás apoyarte en esas personas para que participen de alguna demostración o den sugerencias. Este método te permitirá tener un “comodín” para una presentación exitosa.  


Oportunidad: Aprender a determinar cuál es el momento adecuado para cerrar una negociación o  exposición te conducirá al logro de tu intervención. Cuando tu público o cliente está en un estado emocional, su nivel de expectativa juega a nuestro favor y podremos sacar el máximo provecho. Es importante observar los gestos y ademanes que te permitirán conocer el momento exacto para dar por terminada la conversación:

Inclinación hacia delante: Cuando algún tema  nos interesa, tendemos a inclinar nuestro cuerpo hacia adelante, por ello cuando observes que la persona a quien estas intentando persuadir no presenta ademanes de bloqueo, es el momento de presentar tu oferta final y concluir la reunión.  


Gestos de evaluación: Los realizamos a la hora de tomar una decisión, lo que significa que estamos considerando una opción de manera positiva o negativa. Si el gesto de evaluación nos conviene (imagen 1 y 2),  es importante dejar pensar al otro para concretar el trato; si el ademán representa duda (imagen 3 y 4), llevará al cliente al arrepentimiento y es allí donde debemos retornar el tema para que la persona acepte el trato.  
Imagen 1
Imagen 2

Imagen 3
Imagen 4

Gesto de campanario: Te recomiendo utilizarlo cuando vayas a presentar tu última oferta o cierres tu exposición debido a que es una expresión que representa poder y persuasión, es la fiel muestra de confianza y autoridad.




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sábado, 19 de diciembre de 2015

Cómo influir en los demás: el poder de las palabras y los gestos (Primera parte)




                                                        “Todo está dicho, pero como siempre nadie escucha”
André Gide

En el artículo de esta semana hablaremos sobre cómo influir, cautivar y persuadir a los demás usando las palabras y los gestos. La clave de poder seducir a una persona está en cómo nos expresamos, porque somos únicos y no podemos repetir el mismo discurso esperando que todos reaccionen de la misma forma. Es en este caso donde utilizaremos la Programación Neurolingüística -PNL- y el Lenguaje Corporal como herramientas para entender el comportamiento e interacción con nosotros mismos y con las personas que nos rodean. Antes de iniciar, quisiera responder a la pregunta ¿qué es La PNL? Pues bien,  PNL es una herramienta que determina cómo estamos programados, cómo funciona nuestro cerebro, y cómo pensamos y nos expresamos según sus creadores Richard Bandler y Jhon Grinder.

A continuación encontrarás los pasos que te permitirán  influir en los demás de forma eficiente: 

Identificar qué sentido predomina: los seres humanos usamos  5 sentidos: olfato, gusto, tacto, vista y el oído. Dichos sentidos no se desarrollan de la misma forma para todas las personas, hay quienes tienen un sentido más desarrollado que otro y es acá donde se deriva de La PNL el sistema VAK que por sus siglas significa  Visual, Auditiva y Kinestésica (olfato, gusto y tacto). Cuando podemos identificar qué sentido tenemos más desarrollado,  podremos saber qué sistema VAK somos y también qué sistema identifica a las personas, dando paso así a una comunicación más eficaz.  Ahora bien, explicaré cuándo una persona es Visual, Auditiva o Kinestésica.  
  • Visual: Según la comunicadora Mónica Pérez de las Heras, las personas visuales piensan en imágenes y hablan demasiado rápido con un tono de voz alto. Usan palabras con predicados visuales como: “lo ves”, “lo tienes claro”, “te lo estás imaginando”, entre otros; son personas  con una postura muy recta tanto de pie como sentadas. 
  • Auditiva: Las personas auditivas piensan en sonidos, ruidos y palabras. Tienden  a girar la cabeza para poner el oído cuando hablan con los demás. No hablan tan rápido ni alto como las personas visuales y usan palabras  como: “te suena lo que te dije”, “me escuchas bien”, “me estoy haciendo entender” entre otras; también son buenas tocando un instrumento o tienen facilidad para los idiomas.
  • Kinestésicas: Las personas kinestésicas piensan en sensaciones y presentan una respiración abdominal muy buena para hablar en público. Comunican con un tono de voz bajo y hablan despacio. Son personas que aprenden de  forma emocional.
Cada vez que interactúes con una persona, observa muy bien qué sistema VAK es porque de esto depende que nuestro mensaje llegue de la mejor forma. Puedes dar el mejor discurso en  predicados visuales, pero si la persona a la cual querías impresionar es auditiva, perdiste tu tiempo y esfuerzo.

Gestos de credibilidad: Siempre que queramos ser más creíbles al hablar, se debes mostrar las palmas de tus manos, de esta forma estarás enviando el mensaje de que no tienes nada que ocultar, también utiliza el dedo índice apuntando hacia arriba  para hacer énfasis en la palabra o frase que quieras destacar. Cuando estés hablando no tengas tus manos entre los bolsillos o los brazos  y piernas cruzados. Utilizando estos gestos a la hora de hablar serás más influyente y dará valor a tu mensaje.  



Despierta un deseo vehemente: como dice Robert Greene en su libro Las 48 leyes del poder  “al formular su pedido de colaboración, usted muestra elementos que beneficiarán a la otra persona y hace gran hincapié en ello. Su contrincante responderá  con entusiasmo a su solicitud, al detectar el beneficio que podría obtener” Cuando quieras influenciar a una persona no le hagas entender que el único que se beneficiara serás tu solo sino ella también. La mejor forma de persuadir a una persona es apelar a su egoísmo.



En el próximo artículo continuaremos, y en él hablaremos sobre cómo usar las emociones a nuestro favor, cuándo es el momento de pedir lo que deseamos, cómo usar nuestra voz persuasiva y cómo influir en  un público.

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