sábado, 24 de octubre de 2015

En tus conversaciones ¿quién es el dominante y quién el sumiso?




Los gestos de dominio y sumisión se presentan en todas la interacciones de la vida de forma inconsciente, los ademanes corporales dan a entender quién tiene derecho a hablar o establecer una posición relativa y quién simplemente se limita a escuchar.  Entre un grupo de personas que se comunican, uno va a ser la dominante (líder de la conversación) y otro el sumiso. 

Las personas dominantes utilizan gestos más agresivos, en cambio las sumisas hacen uso de gestos más pasivos porque están entregando el poder. Estas últimas permiten  que se les invada su espacio personal, son personas más confiables, más fáciles de atacar y con mayor posibilidad de interacción. Los interlocutores dominantes expresan poder, seguridad y confianza, sin embargo los demás no sienten agrado por entablar una conversación con ellos. 

Gestos dominantes:

Apretón de manos con la palma hacia abajo: Este tipo de saludo es muestra de poder y autoridad. 
Ensanchar el pecho y poner las manos entre las caderas: Permite que la persona se vea más grande y que su torso se note en mayor medida, evidenciando su fuerza (posición de ataque)

Apretar el puño: Significa fuerza y poder, sin embargo se presta para mal interpretaciones (agresión).

Apuntar con el dedo índice: Indicador de énfasis y poder. Cada vez que la persona mueve el dedo, recalca lo que está diciendo.

Tocar al otro: Gesto que invade la zona personal de los demás. Da a entender que el que lo está realizando tiene todo el derecho a hacerlo.

Agarrar un objeto personal del otro: Da el mismo significado de tocarlo a él. Además, si colocas un objeto tuyo en el espacio del otro, estás marcando tu territorio.

Alzar los brazos y la cabeza: Genera prepotencia y poder y permite que la persona amplíe su espacio.


Gestos sumisos:

Apretón de manos con la palma hacia arriba: Este tipo de saludo es muestra de que entregas el poder a la otra persona. 

Inclinar la cabeza: Indica que la persona es dócil y confiable.


Encorvar los brazos y la cabeza: La persona indirectamente se está haciendo pequeña, se reduce su espacio personal y le genera mayor área al dominante.



Pies cruzados y recogidos detrás de la silla: Esta postura demuestra timidez e inseguridad.
 
Esconderse detrás de los objetos: Está poniendo una barrera sobre él, para sentirse más seguro.

No mantener contacto visual: Cuando la persona siente miedo o está nerviosa, baja la mira al estar intimidado.

Nota: es realmente interesante saber cuándo utilizar cada gesto porque no siempre queremos ser el centro de atención o tener el poder. En momentos es recomendable ser sutil para poder persuadir efectivamente.

Para nosotros es importante saber tu opinión sobre el tema, déjanos tus comentarios al final del artículo. 


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